La cadena británica Sky News ha asegurado que la fotografía que ha recorrido todo el mundo, todos los periódicos, todas las televisiones, no es Madeleine Mc Cann. Muchos ríos de tinta desde la desapación más mediática que se recuerde. Y finalmente, la niña que aparece en una imagen tomada por una pareja de turistas españoles en Marruecos es, en realidad, la hija de unos granjeros.
Bushra Binhisa es su nombre, la hija de cinco años de un aceitunero marroquí. Rashind Razaq, periodista del 'Evening Standard', voló a Marruecos y localizó a la pequeña. En declaraciones al diario inglés, el aceitunero, llamado Hamid, comentó: "Bushra es mi hija. No es Madeleine. Lo lamento por los padres. Espero que la encuentren. Pero Bushra es definitivamente mi hija".
El parecido era razonable pero es cierto que no son tan raros los niños rubios y pelirrojos en la zona de Marruecos. No emitiré ningún juicio de valor acerca de si deberían haber emitido esas imágenes sin haber contrastado el "No dejemos que la realidad estropee la noticia", pero el revuelo mediático me parece de magnitudes desorbitadas. No es por el esfuerzo de los padres (culpables o no), sino por el espectáculo que genera la desaparición. En no se sabe cuantos sitios se han encontrado multitud de Madeleines y la gente asegura que es la niña de los Mc Cann, por razones y motivos, espero que no económicos, sino de ayuda desinteresada. Un poco de prudencia, por favor. Las autoridades marroquíes declararon por su parte que si Madeleine estuviese en Marruecos la encontrarían, dada la amplia red policial que tiene el país.
La instantánea, que salió el miércoles en las portadas de casi todos los periódicos británicos, fue tomada por la turista española Clara Torres, quien explicó el pasado martes que viajaba el pasado agosto con su novio en autobús en dirección a Tetuán (norte de Marruecos) y se entretenía tomando fotografías desde el vehículo. En una de ellas aparecía una niña rubia que una mujer de aspecto árabe llevaba a su espalda envuelta en una toalla o una manta. Lo dicho, precaución. Gente desaparecida, niños, gente mayor, los hay cada día y el revuelo no es el mismo. Acaso no son también vidas humanas o sólo el dinero es el que mueve el interés de las personas para encontrarse las unas a las otras? No seamos mercenarios de la noticia fast-food. Y en cualquier caso expreso mi deseo que se encuentre a la única víctima de este desconcierto atroz, Madeleine Mc Cann.
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