martes, 27 de octubre de 2009

RECORRIENDO EL NORTE DE MALLORCA (Parte 3 de 3)

Tercera y última parte de mi estancia mallorquina veraniega. Esta vez nos centraremos en uno de los rincones con más encanto de la isla. El acceso es realmente complejo, no recomendado para estómagos facilmente impresionables, pues las curvas se suceden más rápido que los improperios de la última edición de Gran Hermano (disculpen la comparación). Pero vale la pena darse el atracón de círculos, girando en algún caso sobre el mismo eje para llegar a un paraje, que si bien recóndito, ofrece una visión de la isla muy diferente a la que nos puede invitar la propia capital, Palma de Mallorca.

Vista aérea de Sa Calobra

De camino hacia el puerto de Pollensa, uno puede disfrutar de imágenes como la que podeis ver a continuación, una especie de flysurf (si no me equivoco) que evoca una fiesta de colores, digna de ser apreciada, en las estrechas playas costeras a la carretera de Pollensa.
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Fiesta de colores de camino a Sa Calobra

Junto a un viaducto del siglo XIX comienza la bifurcación a Sa Calobra. Los planes de esta carretera fueron trazados por el ingeniero Antonio Pavetti y su construcción se realizó en 1932 sin ayuda de máquinas, sólo manualmente. Imaginaros pues trabajar en un desnivel de 800 m y mover 31.000 m3 de rocas. De camino nos encontramos con una filigrana llamada "nudo de la corbata", que forma una curva de 360°. No veais el acojone que entra cuando uno ve la cantidad de autobuses, sobretodo imagino que en verano proliferan mucho más que en otras épocas del año. Esperas no cruzarte con ninguno que te venga de cara ya que todo el trayecto es carretera estrecha y es divertidiiiisimo pasar casi rozándote.

Nudo de la corbata

Además de darse el bañito de rigor en la cala de Sa Calobra, es obligatorio visitar la desembocadura del torrente de Pareis, al cual se accede tras pasar los dos tuneles escarbados en piedra, mientras notas la sensación indescriptible de humedad que cala en este pasaje natural hacia un impresionante valle, que cuando se producen fuertes lluvias baja con mucha agua, formando el torrente que da nombre a la zona.


El Paraiso se descubre ante nosotros