Y AHORA, DEPECHE MODE
Tras cuatro años disfrutando del silencio y despúes de 'tocar el ángel' con su último trabajo, reaparece Depeche Mode con un disco de 'haute cuisine' bajo el brazo. Titulado 'Sounds of the Universe,' en un claro ejercicio de sutil ironía, no se trata de un disco de primeras impresiones para curiosos ni de fácil ingesta para incondicionales, aunque engrandece a medida que se reiteran las escuchas por la coherencia entre sus temas. Una gran apuesta de renovación de sonidos a cargo del productor fetiche Ben Hillier, 'Sounds of the Universe', resulta ecléctico sin excesos y con una energía comedida, sabiamente dosificada, que cumple con el propósito de los constantes sondeos a espacios sonoros clandestinos y a la sumisión 'vintage' de sonidos analógicos de antaño. Todo ello confabula un universo singular, apertura incluida, en el que temas como 'Wrong', 'In Chains', 'Peace' o 'In simpathy' hacen las delícias del gourmet más exigente.
Y llegó Depeche Mode. El buque insignia del synth-rock emerge con un proyecto orgánico y tecnológico que irradia dolor, tristeza y esperanza en cada nota. Y es que Sounds of the Universe suena a renovación, huele a madurez y eclosiona con melodía y amagura por igual. Tras una osada apertura, llega la masterclass de unos músicos que dejaron atrás la ingenuidad de esos chicos de Basildon y juegan a hacerse mayores a tono con la maestría. Su nueva propuesta, tal vez con excesivo divertimento sonoro, pero con la creatividad intacta y de nuevo orquestada por Ben Hillier, compone un amplio espectro en el que la voz de Gahan juega con todos los registros posibles y la sabiduría de Gore plasma su sello con eficacia en cada uno de los temas. Sounds of the Universe es Depeche Mode en pleno siglo XXI, con recovecos sonoros ampliamente reconocibles y nuevas visiones de futuro insólitas hasta hoy.