(Jaime Sabines)
Hace un año aproximadamente pedí un deseo para que no quebrantara, hoy lo tatuo en mi piel para que me perdure:
"Trata de ser quien eres, de hacer lo que sientes en todo momento, de aprender de ti mismo y de lo que te acontece. Dale tiempo al tiempo para crecer en aquello que deseas con quien lo deseas. Si consigues alinear pensamientos, palabras y acciones sin ocultar ni falsear jamás tus emociones en cualquier instante, a pesar de que no sea nada fácil, será siempre sincero, conectarás con tu esencia sin fraudes y no ofrecerás un ser distinto, una falsa impronta o sombra a quien de verdad te importa. Cuando roces con la punta de tus dedos la cima de un sueño, siéntelo más tuyo y no dejes de creer en el ascenso, pues aquello más increíble está todavía por suceder y será magnífico. Recuerda que no hay nada más resistente que un sueño.
Si vencemos a nuestros demonios íntimos, a nuestras sombras interiores, a nuestros miedos y a nuestra vulnerabilidad, podremos hablar otro idioma, que tal vez nadie intuya ni entienda hoy, pero jamás dejaremos de comprender nuestro dialogo interior ni ofrecer la mejor versión de nosotros mismos a quien queremos, más allá de las convencionalidades y de los supuestos dogmas".
"Trata de ser quien eres, de hacer lo que sientes en todo momento, de aprender de ti mismo y de lo que te acontece. Dale tiempo al tiempo para crecer en aquello que deseas con quien lo deseas. Si consigues alinear pensamientos, palabras y acciones sin ocultar ni falsear jamás tus emociones en cualquier instante, a pesar de que no sea nada fácil, será siempre sincero, conectarás con tu esencia sin fraudes y no ofrecerás un ser distinto, una falsa impronta o sombra a quien de verdad te importa. Cuando roces con la punta de tus dedos la cima de un sueño, siéntelo más tuyo y no dejes de creer en el ascenso, pues aquello más increíble está todavía por suceder y será magnífico. Recuerda que no hay nada más resistente que un sueño.
Si vencemos a nuestros demonios íntimos, a nuestras sombras interiores, a nuestros miedos y a nuestra vulnerabilidad, podremos hablar otro idioma, que tal vez nadie intuya ni entienda hoy, pero jamás dejaremos de comprender nuestro dialogo interior ni ofrecer la mejor versión de nosotros mismos a quien queremos, más allá de las convencionalidades y de los supuestos dogmas".