En cierta ocasión Bertrand Russell (1872-1970) estaba especulando sobre enunciados condicionales del tipo : "Si llueve las calles están mojadas" y afirmaba que de un enunciado falso se puede deducir cualquier cosa. Alguien que le escuchaba le interrumpió con la siguiente pregunta :
K
"Quiere usted decir que si 2 + 2 = 5, entonces usted es el Papa".
Russell contestó afirmativamente y procedió a demostrarlo de la siguiente manera :
"Si suponemos que 2 + 2 = 5, entonces estará de acuerdo que si restamos 2 de cada lado obtenemos 2 = 3. Invirtiendo la igualdad y restando 1 de cada lado, da 2 = 1. Como el Papa y yo somos dos personas y 2 = 1 entonces el Papa y yo somos uno, luego yo soy el Papa".