El 40 por ciento de las películas españolas no se estrenan en cines o tienen menos de 100 espectadores. Bajo esa premisa los datos son escalofriantes: en el año 2008 se rodaron en España 173 películas: 24 tuvieron menos de 100 espectadores y otras 46 aún no se han estrenado.
Súmenle la gran cantidad de subvenciones que reciben desde el Gobierno central, autonomías y televisiones (públicas y privadas), y aún así se nos echa la culpa a nosotros. ¿Han visto en el cine la cantidad de organismos que participan en una producción española? Y aún así se piensa que tenemos prejuicios contra las producciones autóctonas. Para NADA. Es curioso que ni siquiera se planteen que sus películas puedan tener algo que ver. Su ceguera les impide ver como algunas producciones españolas SI triunfan porque ofrecen cine de calidad o simplemente tienen ese punto comercial que acaba llamando la atención al espectador.
La realidad es que el problema se agrava cuando se ruedan tantas películas de nulo interés para un mercado con pocas salas y sobre todo, para tan ínfima cantidad de público. El sistema de ayudas oficiales estipula que cada película tiene derecho a recibir un 15% de la taquilla y el 33% de la inversión del productor. Por si esto fuera poco, también cuenta con las ayudas autonómicas y de la TV, cantidad que se cifró en 203 millones de euros durante el año 2008. Con todo, la ley dice que la inversión de organismos oficiales no debe superar el 50% de los costes de la película. El problema, como siempre, es que este dinero sale directamente de nuestros bolsillos. Si, de los impuestos que pagamos religiosamente al Estado. ¿O que se creían? Un dinero que, tal vez, se debería emplear en mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y no de unos pocos productores.
La pregunta del millón es: ¿Debemos asumir nosotros los costes de productos que en la mayoría de casos no van a ver la luz? La actitud de los profesionales del sector es tajante. Por lo visto, todos los directores se empecinan en hacer una película con horizontes de éxito rotundo. Antes de entrar a valorar si el cine es bueno o no, cabe echar un vistazo a los datos que nos diferencian de Estados Unidos. Y es que en el país americano se ve el cine autóctono en un 91,5%, mientras que en España la cuota no llega al 13,3%. En Francia, para no ir tan lejos, es el 45,4% de espectadores el que prefiere la producción de sus paisanos.
En cualquier caso, una cuestión queda clara. Se producen demasiadas películas para las pocas butacas de nuestros cines y el mínimo interés que despiertan los creadores al público. Habrá que ver si el problema son los escrúpulos a la hora de adjudicar subvenciones a todas las películas y si conviene poner un filtro cualitativo a las producciones. Espero que el deseo de cineastas como Álex de la Iglesia de salvar el enorme abismo entre cine español y público no sucumba, una vez esté inmerso en los entresijos de la Academia de Cine, ahora que Ángeles González-Sinde (scargas) es ministra de Cultura. Lo dicho, mientras "Fuga de Cerebros" sea la película más taquillera de este año en nuestro país, es que algo NO FUNCIONA.
Vía: El País
Vía: El País