Detesto cada vez más los informativos. Salvo los espacios propios de las autonómicas en los que la información está por encima del puro espectáculo de contrastes y de impacto, televisiones privadas como T5 y Antena 3, no hacen sino ofrecer noticias dignas de aquel famoso rotativo “El Caso”. ¿Acaso el único hecho de aunar una audiencia mayor que el de la competencia más directa, da el derecho a usar noticias de dudoso interés en las que lo macabro es la única vía de acceso a las masas?.
Los medios de comunicación, en especial la televisión, tienden a un tratamiento de la información como mero espectáculo, publicidad o promoción de programas propios de la cadena. Que si no tenemos la formula I, pues no existe. Que si no tenemos los derechos del basquet, hablemos de otra cosa. Señor Piqueras (en especial), denos un respiro y no manipulemos la opinión pública, que si bien se hace eco de lo que recibe, no es tonta. Ni España es pederasta, ni maltratadora, ni racista, ni todo es fútbol, ni NADA. No hay que generalizar porque entonces estamos siendo subjetivos y alarmistas. Es cierto que hay que actuar contra las aberraciones que se producen en nuestro país, y que debe haber leyes justas para quienes son víctimas de las mismas. Pero no alarmemos a la sociedad a costa de la audiencia, ofreciendo carnaza que a la vez consigue un efecto contrario del esperado: la inmunidad ante la desgracia. Nuestro cerebro es capaz de pasar, sin pestañear, de la felicidad del pueblo de Abrucena porque le ha tocado a un señor de un barrio concreto la Once a la desgracia por el asesinato de una mujer a la que le han cortado la cabeza a machetazos en Alseasaz. Intolerable.
Y algo que cada vez soporto menos es que en cada noticia, sobretodo en Antena 3, en cada una de las noticias, cada dos frases de la voz en off, aparece la opinión de la calle. Y a mi que me interesa la opinión de esa señora, vecina o jubilado. Que si por ejemplo la noticia es : “Llega una ola de calor sofocante”, en lugar de dar datos objetivos acerca de la noticia, rellenan 4 minutos de opinión: “Pues si, con este calor lo mejor es tomarse una cañita”, opina el albañil al que interceptan en medio de su jornada laboral. “Con este sofoco no le apetece a una ni salir de casa”, comenta la abuela a la que sorprenden cuando sale a comprar. Y a mi que carajo me importa. Denme alguna estadistica acerca de las olas de calor en España durante los últimos 10 años, sus efectos sobre la salud (mediante la opinión de un especialista), sobre los cultivos agrícolas, sus repercusiones sobre el medio ambiente, etc. Pero déjense de puñetas efectistas para atrapar a la audiencia. Hagamos que los informativos, sean eso, informativos, sin aditivos. Repasen el código deontológico del periodismo y recuerden que para programas de impacto, sucesos y desastres varios ya tenemos Está pasando, España directo y otras lindeces, eso sí, en horario infantil, por supuesto.