Hoy hablaremos de aquel arte que uno no sabe bien porque se le considera arte, pero que de algun modo trasciende y acaba por tener a sus fieles dispuestos a emitir un cheque en blanco por una de sus obras.
Lo centraremos en la figura de un artista (farsante) italiano, Piero Manzoni, célebre por su arte conceptual irónico. Oí que hablaban de él en el programa de la segona hora de Minoria Absoluta en RAC1. Se ve que el tipo experimentó en sus cuadros con múltiples pigmentos y materiales. Una vez usó pintura fosforescente y clorato cobáltico para que los colores cambiaran continuamente (tipo experimento de Flipy en el Hormiguero). Aunque también tenía ideas más extravagantes y se deicó a hacer esculturas de algodón blanco, fibra de vidrio y piel de conejo.
En 1958 creó "esculturas neumáticas", 45 membranas que eran usadas como válvulas. El comprador tambíén podía llevarse el aire de Manzoni dentro de una de ellas. Intentó crear una especie de "animal mecánico" como si fuera una escultura dinámica usando energía solar como fuente de energía.
En 1960 Manzoni marcó su huella dactilar en varios huevos duros y los consideró obras de arte. Dejaba al espectador comerse la exhibición entera en 70 minutos. También vendía fotocopias de sus huellas dactilares. Designó a varias personas "obras de arte andantes", entre ellas Umberto Eco.
Tal vez la obra más famosa fue la que protagonizó en mayo de 1961, cuando Manzoni puso sus excrementos en 90 latas de metal de 5 cm de alto y un diámetro de 6,5 cm y las etiquetó en los cuatro lados con las palabras "Mierda de Artista" en los idiomas italiano, francés, inglés y alemán (Merda d’artista, Merde d’artiste, Artist’s shit y Künstlerscheiße). Vendió cada lata al peso teniendo en cuenta la cotización de oro del día. Algunas latas están en Galerías de arte famosas, entre ellas se cuentan el Museu d’Art Contemporani de Barcelona, el centro Georges Pompidou de París, la TATE Gallery y el MOMA de Nueva York. (Curiosidad desagradable: Algunas latas han explotado por la expansión de los gases..). En ese momento supuso unas de las críticas más radicales sobre la valoración de las obras de arte. Sólo decir que en el año 2007 se llegó a subastar un ejemplar por 124.000€. Increible pero cierto.