A pesar de no haber publicado demasiado desde mi regreso vacacional (asocienlo a una crisis de creatividad), el tema de hoy no es apto para escrupulosos y de estómago demasiado sensible. Soy consciente de ello, pero uno no elige las ideas que se le ocurren, ni las casualidades que vive. Y es que hoy hablaremos de un inodoro especial. En en el edificio Imagina que tiene Mediapro en la Avenida Diagonal de Barcelona, y que por motivos profesionales he tenido que visitar durante cierto tiempo, me he encontrado con esta curiosa imagen. Ya se que hay miles de cosas que contar de los entresijos de un centro de producción audiovisual. Me acojo, de momento, al secreto profesional. Sirva de anécdota curiosa, al menos por el momento, el inodoro de Duravit, empresa puntera en ideas en cerámica sanitaria.
Si amigos, si observais con detenimiento, avistareis una mosca grabada en el propio urinario. Algo había leido hace años al respecto en alguna página de gadgets, pero nunca había coincido con uno de ellos. ¿Cual es el objetivo de la iniciativa? Es simple: concentrarse unos segundos y tratar de acertar con la propia micción a la mosca dibujada.. Parece sencillo y lo es. La mosca jamás echará a volar. Pero la idea no deja de ser brillante, ya que en cualquier caso se asegura que nadie apunte en ningún otro sitio que no sea el centro del urinario, y ello consigue que nadie eche la gota fuera de tiesto, hecho por el que el común de la raza humana masculina hemos sido criticados en alguna ocasión..
Los responsables del invento aseguran que hay un incremento del 80% en la puntería hacia el mismo, algo que supongo agradecen los servicios de limpieza, pero claro, siempre que a uno no se le ocurra hacer el record de distancia desde la puerta, hecho que, además, conllevaría a alguna escena ciertamente desagradable. Además en los aseos del centro han instalado unos detectores de presencia para que al entrar y una vez resuelta la faena, a pesar de que uno se haya lavado las manos a conciencia, no se presione el pulsador al entrar o salir del aseo. Un detalle.
En fin, la mosca, de color negro sobre fondo blanco, es difícil de ignorar y el miccionador en cuestión, atraído por un profundo deseo de enviar al pobre invertebrado por la tubería hacia abajo, se siente incapacitado de no apuntar al insecto para intentar acabar con su vida. Eso conlleva a una reflexión más profunda y que trataré con una cierta y pretentida superficialidad. La felicidad del hombre, en género masculino, y en casi su totalidad, se limita a cuestiones más fisiológicas, simples y puntuales que facilitan el acceso a su plenitud y éxtasis más absoluto.