El pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó inquieto a su madre:
-Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué?
-Cuando quieras andar, hijo mío -le respondió la madre- deja de pensar y... anda.