Un día, llegó a mis manos un pdf, del que os pongo la portada. Se titulaba Necronomicon, el Libro de los Nombres Muertos, con diversos signos, albafetos, ritos y conjuros satánicos. Luego me enteré que se trata de un libro que nunca fue. Howard Philips Lovecraft realizó a lo largo de distintas novelas referencias a un libro que según relataba contenía fórmulas mágicas para la invocación de demonios, además de dejar entrever un conocimiento particular de la relación espacio-tiempo. Muchos lectores, entre ellos quine suscribe, tratamos de localizar una copia impresa de aquel misterioso libro, pero los resultados resultaron infructuosos.
Lovecraft sin embargo ofrecía poco a poco más detalles sobre aquella obra. Así afirmaba que la biblioteca Widener de la Universidad de Harvard atesoraba dentro de una caja fuerte una de las cuatro copias disponibles, puesto que el original fue destruido. Aquel libro fue escrito por el poeta Abdul Al-Hazred durante el siglo VIII. A mediados del siglo X, la obra fue traducida al griego por Theodorus Philetas con el título de Necronomicon, trabajo que realizó en el más absoluto de los secretos, pero que no evitó que el patriarca Miguel tratase de destruir todas las copias sin conseguirlo. En 1228, Olaus Wormius tradujo la obra al latín.
A pesar de la persecución, según Lovecraft se realizaron distintas impresiones en España y Alemania durante el siglo XVII. Hoy, además de la copia de la Universidad de Harvard, quedan algunos fragmentos dispersos en Simancas, y tres ejemplares completos más, una copia del siglo XV que está en la Biblioteca Nacional de París, otra en la Universidad de Miskatonic (que no existe en la realidad y aparece repetidamente en los cuentos de Lovecraft) en Arkham (EEUU) y otra en la Universidad de Buenos Aires.
Sin embargo, Libro de los Nombres Muertos, Necronomicon o Al Azif, uno de los libros más temidos, perseguidos y buscados durante toda la Historia, no existe. Lovecraft en repetidas ocasiones lo afirma en correspondencia que sostuvo con su círculo de amigos. Pero sobrevive en la Red. Si a alguien le interesa el archivo del que dispongo, que realice un comentario en este post o envie un mail a escudellaurbana@gmail.com. De ser así, sepan que entraran en un círculo demoníaco del que tal vez jamás consigan salir. Quedan avisados..Palabra de siniestro..