Alguien me dijo que la clave de cualquier éxito o de cualquier fracaso
se resume en una sola palabra: BASTA.
Cuando nace del alma suele tardar un tiempo para aquellos que aglutinamos
toboganes de raciocinio interminables o bucles absurdos sin sentido en busca de
un sentido afín o de una salida lógica a nuestro entendimiento. Pero un día o
una noche, pronuncias sus cinco letras de un tirón: BASTA. En voz alta. Sin
titubeos.
Quien suele
pronunciarlas antes incluso que tu mismo, quien las acaricia por primera vez
antes de que tu aún no las intuyas, no siempre es uno mismo, adormecido por
otros tantos intentos, apilados en el subconsciente repetitivo del YA y del VENGA. No. Suele ser quien te
acaricia, quien te sonríe, quien te espabila, quien te despierta por las
mañanas, quien te cuida, quien te quiere. Y no con minúsculas. Quien te QUIERE. De verdad. Sin papeles,
sin recetas mágicas ni antibióticos preventivos. No sois muchos, pero sois los
más importantes. Os llevo en mis cicatrices y os espero en mis destinos. Sois
vosotros y vosotras. Eres TÚ.
Por todo ello, y
por lo que acontecerá y porque no quiero perdérmelo pues empiezo a vivir de
nuevo: GRACIAS. Porque te
lo puse difícil pero no huiste, porque me encapriché de los vicios y no me
dejaste caer. Porque hoy todo se revoluciona, sí. Empieza el cambio. Y en ese
cambio, te quiero conmigo. Porque eres frágil como yo, pero a la vez dura como
una roca. Porque eres agua como yo pero a la vez ola que arrastra las
incertidumbres a la orilla de las realidades. Y porque ya está bien, coño, que
nos merecemos esto y mucho más. Empiezo un nuevo curso antes o después que
cualquier otro alumno de la escuela de la vida. Qué más da. Rescaté sus libros
de texto de la hoguera de las vanidades y voy a empezar de nuevo. Porque merece
la pena quien te la quita y me mereces la pena aunque sé a pies juntillas, que
no te merezco pero insistes en quererme a tu lado. Y allí estaré, a las duras y
a las maduras, porque me ha costado muchas tormentas vivir un pellizco de
calma. Y esa calma me sabe a ti.
Te quiero.
Y no es poco.
Ya no es algo.
Es TODO