El otro día fui al cine a ver Zodiac, la última película de David Fincher. Zodiac no es una mala película, aunque tampoco la puedo considerar una obra maestra como he leído en críticas de diferentes enlaces de cine. Una película de tres horas ambientada en los años sesenta me trasladó mentalmente a la película Munich de Steven Spielberg. Me pasó exactamente lo mismo, estaba viendo una buena película pero me esperaba algo más. El relato real de hechos policiales basados llega a absorber gran parte de la película y siendo el director, David Fincher, el director de Seven o El Club de la Lucha, uno se espera lo mismo y no lo es. Durante la primera hora uno cree estar asistiendo a una persecución en busca de pruebas de un asesino, relación de mensajes cifrados, pero al cabo de ese tiempo más o menos, la sorpresa desaparece y la última hora de la película se vuelve soporífera. Se podría entender la película como un documental de hechos en que se retrata la obsesión de los dos protagonistas (poli y periodista) en capturar, sea como fuere, al asesino aportando las pruebas necesarias, durante más de 20 AÑOS!. La ambientación a lo largo de estos años está más que conseguida (chapeau) y los personajes aportan cierta credibilidad al film. Aunque insisto, se aconseja ir cambiando de posición en el asiento del cine. De lo contrario, uno puede acabar sufriendo una parálisis irreversible de las extremidades inferiores.
jueves, 31 de mayo de 2007
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