Ya lo decíamos en su momento y tal vez el error es prestarle demasiada atención. Pero el programa de Sardà, Dutifrí, me produce el efecto contrario de lo que se podía esperar de un programa de viajes. Tal vez Labordeta o Mikimoto en el show time televisivo o si me apuran, las crónicas de viajes de Josep Maria Espinàs han puesto el listón demasiado alto como para intentar un salto más alto. Y es que lo más fácil es pasar por debajo del listón y convertirse en lo que es Sardà “un listo-n”. Este domingo, con su viaje a Roma, alcanzó una cuota del 16,1%. La semana anterior había logrado un 20,7%. Esa sotana, gafas de sol, el padre Apeles, Berlusconi (capo di tutti i capi de T5), Lecquio, etc.
Mucho atrezzo y poca naturalidad. Mucho teatro y poca espontaneidad. Mucho cartón-piedra y poca reflexión. ¿De que sirve tratar de simular que nada está ensayado, precocinado, guionizado? Ah, y lo que menos importa: el destino. No importa el escenario, tan sólo los intérpretes de la comedieta. La resaca del Crónicas es como la sombra del ciprés, alargada… y soporífera.
2 comentarios:
Yo lo he visto este fin de semana que era de Roma, y al aparecer el Lequio me volvió la imagen de Crónicas Marcianas....mal peor ese lado
http://arquitecblog.blogspot.com
Es una lástima porque un programa de viajes es realmente interesante, entendiendo que además debe entretener.Pero no hay que poner en un segundo plano el sitio que se visita y no ofrecer al menos unos trazos significativos del lugar. Centrar el contenido en los personajillos de las noches marcianas es un error.Una verdadera lástima.
Publicar un comentario