Carta abierta al Sr. Sardà
Bienvenido al circo mediático de la televisión señor Sardà. No se si el tiempo ha sido el suficiente entre el estercolero que nos proponía cada noche en las últimas temporadas de su Crónicas Marcianas y el recién estrenado Duti Fri. Mucho se especuló de su fin de contrato con T5 y su posible ingreso en la cadena Cuatro, pero por lo que parece antes de dar un paso en falso desea usted limpiar su imagen con el pañuelo de la sensatez y el buen gusto. Y Duti Fri lo consigue…en cierto modo. De alguna manera el hecho de que se acompañe en sus viajes (pagados por una cadena privada, no como en la autonómica al señor Mikimoto) por personajes mediáticos que lo acompañaron en sus noches más golfas, le da cierta frescura al programa, le permite regodearse en su ego, aunque le quita cierto rigor a los viajes, a la cultura, a las reflexiones que se derivan en cada uno de ellos y que Mikimoto con su voz en off plasmaba magistralmente. En cualquier caso, la audiencia es la que manda y un programa sesudo sobre viajes en una cadena y en la hora en la que se programa no tendría el share que usted tanto anhela. Gran comunicador donde los haya, espero que esta metamorfosis kafkiana inversa no le convierta de nuevo en la criatura maligna y versátil que daba rienda suelta a las fieras que esparcían los más sucios trapos en la mesa marciana.
Bienvenido al circo mediático de la televisión señor Sardà. No se si el tiempo ha sido el suficiente entre el estercolero que nos proponía cada noche en las últimas temporadas de su Crónicas Marcianas y el recién estrenado Duti Fri. Mucho se especuló de su fin de contrato con T5 y su posible ingreso en la cadena Cuatro, pero por lo que parece antes de dar un paso en falso desea usted limpiar su imagen con el pañuelo de la sensatez y el buen gusto. Y Duti Fri lo consigue…en cierto modo. De alguna manera el hecho de que se acompañe en sus viajes (pagados por una cadena privada, no como en la autonómica al señor Mikimoto) por personajes mediáticos que lo acompañaron en sus noches más golfas, le da cierta frescura al programa, le permite regodearse en su ego, aunque le quita cierto rigor a los viajes, a la cultura, a las reflexiones que se derivan en cada uno de ellos y que Mikimoto con su voz en off plasmaba magistralmente. En cualquier caso, la audiencia es la que manda y un programa sesudo sobre viajes en una cadena y en la hora en la que se programa no tendría el share que usted tanto anhela. Gran comunicador donde los haya, espero que esta metamorfosis kafkiana inversa no le convierta de nuevo en la criatura maligna y versátil que daba rienda suelta a las fieras que esparcían los más sucios trapos en la mesa marciana.
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