
Últimamente y cada vez con más asiduidad, en mi entorno laboral, reflexiono más sobre esta frase…
Últimamente y cada vez con más asiduidad, en mi entorno laboral, reflexiono más sobre esta frase…
Federico vivía, en un piso con Karla. Ante los ojos de la familia de Federico, Karla solo compartía ese piso con Federico. Un día, Federico invitó a su madre a cenar una noche. Durante la cena la madre no pudo quitar su atención en lo hermosa que era Karla, su compañera de piso. Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenía una relación con Karla y al verla de cerca, la sospecha no pudo sino acrecentarse. En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se preguntó si estaría acostándose con él. Leyendo el pensamiento de su madre, Federico le dijo:
- Mamá, se en lo que estás pensando, pero te aseguro que Karla y yo solo somos compañeros de piso.
Aproximadamente una semana después, Karla le comentó a Federico que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa. Federico contestó que, conociendo a su madre, dudaba que ella se lo hubiese llevado pero que le escribiría una nota, y que la dejaría en un lugar visible en la casa de su madre. En la puerta de la nevera, pensó. Así que se sentó y escribió:
"Querida mamá: No estoy diciendo que tu tomaras el cucharón de plata servir la sopa pero tampoco estoy diciendo que no lo hicieras, pero el hecho es que éste ha desaparecido desde que tu viniste a cenar a mi casa. Con todo cariño, Federico".
La gente que no tiene luz propia tiene mala sombra.
Millán Salcedo, uno de los humoristas más conocidos del panorama nacional. Un genio del humor que suelta perlas como ésta. Hablaré de él esta semana, pues estuve en su espectáculo-show-locura "Yo me subí a un piano verde", dirigida por dos de los componentes de Tricicle, Paco Mir y Joan Gracia. El reencuentro con este loco de la escena no pudo ser mejor.
Enhorabona i gràcies per la teva participació.
Como finalista, y ya por segunda vez del certamen literario de Constantí, ya os podeis imaginar la ilusión de asistir a la presentación del libro de relatos en el que figuro como autor del cuento “El secret del Dietari” (el secreto del diario). En este caso el certamen que goza de buena salud, y que ya va por su séptima edición, buscaba la participación de relatos de família, tanto en lengua catalana como en castellana. Los planteamientos de cada una de las historias que configuran el libro resultante es tan dispar que consigue reunir un abanico de puntos de vista realmente interesantes.
Una vez recogido el premio de manos del alcalde de la localidad y a pesar de que nunca me acostumbraré a este tipo de actos, es innegable la ilusión que le hace a uno el reconocimiento por parte de un jurado que se dedica a valorar la calidad de unos trabajos literarios que llegan de todos los rincones del planeta y ofrecer, en este caso, la posibilidad de publicar un relato a alguien que no se dedica profesionalmente a esto.
La editorial encargada de dar forma a esta iniciativa no es otra que Silva Editorial, una entidad sin pretensiones más allá de ofrecer un catálogo editorial de calidad y con una clara voluntad de ayudar en la producción a particulares de la divulgación de sus libros. Muchas gracias también a ellos por su apuesta literaria.