Hoy os traigo una curiosidad a raiz de mi ferviente devoción por el mundo fósil en el que hace muy poco tuve la oportunidad de sumergirme de nuevo. En los yacimientos coralinos del prepirineo existe este tipo de coral de superficie inferior habitualmente plana o con cierta concavidad y recubierta de una gruesa muralla de estrias de crecimiento, crestas y surcos radiales. En la parte superior de estos corales existe una depresión axial más o menos alargada y profunda, que se sitúa en el punto más elevado de su forma cupular.
Pues bien, para los miembros de sociedades primitivas, en las que predominaba la mentalidad mágica, había elementos de la naturaleza que pasaban a ser considerados beneficiosos o perjudiciales para las personas, y así pasaban a ser tomados en consideración por estas tribus, tanto si la interpretación que se hacía de ellos resultaba positiva o negativa.
Es por ello que ciertos tipos de fósiles, gracias a las propiedades imaginarias que les fueron atribuidas en el pasado, en diversos lugares y épocas históricas, han gozado de gran prestigio social y valoración humana, durante siglos o milenios, extendiéndose su fama por toda Europa, e incluso más allá de sus fronteras naturales.
Este es el caso de los corales del genero Cunnolites, también llamados Cyclolites, ubicadas en el Cretácico Superior. En algunos lugares de Europa fueron considerados como "piedras-vulva", por lo que se usaron en la medicina popular como medio preventivo contra la supuesta esterilidad femenina e incluso como remedio, siendo consideradas y usadas como amuletos que alejaban la infertilidad y que propiciaban los embarazos, constituyendo un tipo de piedras dotadas de virtud fecundante.
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