miércoles, 19 de septiembre de 2007

PLANTEARSE LA FELICIDAD


¿Existe? Y si de verdad existe porque suele durar tan poco? Soy de los que cree que la felicidad es aquella frágil mariposa que se posa cuando menos te lo esperas y que en el momento que la necesitas, caramba! no hay manera de agarrarla. Pero no tan solo eso, muchas veces en el empeño de la persecución, el desgaste de energía es tan súbitamente inmenso que en el mar de la batalla suele siempre estar planeando la derrota. Porque la felicidad como estado permanente jamás existió, siempre y cuando uno se la haya planteado anteriormente. En el planteamiento se pierde la longevidad. Si uno se plantea su felicidad es que parte de un estado tan inferior al que desea que, por lo tanto, no lo es. La felicidad se concibe como estado puro, sino tan solo serían momentos de alegría entrecortados por otro tipo de sensaciones: angustia, ansiedad, miedo, esperanza. Así pues, desde mi particular visión, pueden rebatirme si así lo desean, la felicidad conlleva necesariamente a un “¿soy feliz? pues no me lo había planteado”.

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