En la revista del IES Victoria Kent: Cría Cuervos de 1999 se pudo leer el siguiente artículo. Parece que algunos trabajadores de Pompas Fúnebres han acumulado una cantidad excesiva de mercurio en su organismo. Aunque lo más curioso e interesante es la causa de ese exceso. Después de investigar y constatar que se trata de personas que trabajan en crematorios, se ha llegado a la conclusión de que la culpa es de los muertos. Resulta que muchas personas llevan empastes en la dentadura hechos con amalgamas (mezcla de mercurio con otros metales), de forma que, cuando las queman, el mercurio se libera en forma gaseosa y pasa al aire. Así que las personas que permanecen mucho tiempo en las proximidades del crematorio van incorporándolo a su organismo. Y es que el mercurio es venenoso. En fin, cosas de la vida ... y de la muerte.
lunes, 15 de octubre de 2007
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2 comentarios:
Hay personas, que ni muertas nos dejan en paz ;P
Saludos.
Si, además este hecho demuestra (metafóricamente, claro) que la línea entre vida y muerte a veces es más delgada de lo que uno cree y defiende la idea de que no sólo les tenemos que temer a los vivos, sino que, aunque en contadas ocasiones, también a los muertos.
Un macabro saludo para "vosotras mismas". Y felicidades por el blog. Una auténtica maravilla en el que perderse unas horas. Hasta pronto!!
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