Muchas veces detrás de una foto se esconde un nosequé que la hace grande, enorme y especial. Y este es uno de estos casos. La fotografia, tomada en Beverly Hills en 1972 y realizada por uno de los grandes: Richard Avedon, oculta tras sí misma a uno de los personajes más influyentes del siglo XX . Se trata de Julius Henry Marx, más conocido como Groucho Marx, uno de los mejores humoristas de todos los tiempos, delante y tras las cámaras. Os recomiendo una de sus más completas biografías, que he tenido el placer de desgustar: GROUCHO, una biografía de Stefan Kanfer. En ella encontrareis la figura de Groucho, icono del humor transgresor en un retrato objetivo y honesto, en el que se retrata no al personaje más conocido, sino aquel que, tras el telón, escondía una profunda amargura, insatisfacción profesional y conflictos personales. Su alter ego cómico estaba tan trazado como su bigote. Tal vez parte de ello es lo que ha conseguido trasladar en la foto Avedon. Viendo con detenimiento el retrato uno se aleja por momentos de la típica imagen de ese hombre oculto tras la sonrisa taimada, el grueso bigote pintado, la espalda arqueada y el omnipresente puro, a punto de estallar en una de sus ingeniosas ocurrencias.
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