He dejado pasar unos días antes de comentar el concierto de Depeche Mode en Barcelona por dos motivos: uno por la siempre fiel compañera falta de tiempo y la otra para evitar dejarme llevar por el fanatismo exacerbado de seguidor incondicional. Muchas eran las noticias y rumores que acaecían sobre este encuentro de masas: que si iban a grabar la edición en dvd de la gira en la ciudad condal (hecho que parece estar prácticamente asegurado ya que son muchas las fuentes que lo citan: el mismo Andy Fletcher, canal 3/24, noticias digitales y las cámaras que se pudieron ver en los conciertos, además de las pretendidas lonas oculta-publicidad que había en el recinto), que si iban a tocar este u otro tema, que si…
Lo cierto es que Depeche Mode, y más después de ver hacer el primo a los Spandau Ballet en el Hormiguero, es de los pocos, poquisimos grupos de música electrónica que vencen y convencen a las masas y a la crítica en general (me dejo esta parte de la crítica para otro post ya que comparto quejas junto con otros fans). En Barcelona, mucho más el sábado que el viernes se exprimieron y rindieron frente a unos 18000 fieles que en cada noche se volcaron hacia el grupo, con la emoción, la devoción y el ansia de una espera que año tras año se hace más agónica.
Lejos de discutir si el setlist era el correcto, teniendo en cuenta que promocionaban su último trabajo, Sounds of the Universe, y que gran parte de los éxitos se concentraban en la era 90s, Depeche Mode ofrecieron un espectáculo correcto, sin excesos, tal vez demasiado comedidos, pero con la elegancia y la clase de un grupo que lleva casi 30 años en escena.
Ya los había visto en su gira veraniega en París. Eso le resta tal vez una pizca de emoción, si bien no tuvieron nada que ver en un concierto y en otro. En Paris, resultaron más fríos, tal vez por el estadio de Francia, el público francés, la hora de programación del concierto y otros tantos factores que hacen del Palau Sant Jordi una especie de catedral de adoración, de iglesia de redención para las miles de almas que se congregan allí cada vez que nos visitan.
¿Que me ha gustado y que no de esta gira? Pues evidentemente no todo me ha gustado, faltaría más. Seguramente los habrá más críticos que yo, lo doy por bien seguro, pero me ha faltado más promoción de un disco que si bien plantea dudas en directo, no puede obviar un single como Peace, o temas como Corrupt, Fragile Tension o In Sympathy en prácticamente toda la gira. Me han sobrado temas lentos, sobretodo en momentos en que el público estaba o demasiado entregado o demasiado frío. Adoro la versión de Home o Sister of night con más ornamentación, a pesar de que me encanta cada día más la voz de Martin Gore (¿abusa más del vibrato,no?). Me sobran literalmente Policy of truth o un I Feel You, que a pesar de ser incondicionales en las giras no me aportan nada a título particular. No me ha gustado que sólo rescaten Precious de su anterior disco, Playing the Angel ni que dejen en la estacada otros éxitos anteriores a los 90s en pro de sencillos como, por ejemplo, Hole to feed (la detesto en directo). Me faltó entrega el viernes, supongo que porque se reservaban para una fiebre de sábado noche. Me faltó más espectáculo visual, más ingenio (los Pet Shop Boys con cuatro cajas de cartón la liaron parda), más medios, no se.. Algo entre U2 y la Salseta del Poble Sec..
¿Qué me ha gustado? El resto que no es poco. La renovación de sonidos de los temas durante la gira, la voz de Martin, la actitud de un Dave Gahan atestado de mala suerte en esta gira y que ha sabido sobreponerse y ofrecerse en cuerpo y alma a sus incondicionales, las sorpresas como Dressed in Black o One caress o Sister of Night o Strangelove o Master and Servant o Insight o…Ahí, chapeau, han movido bastante el setlist y eso siempre es de agradecer, la profesionalidad de Andy Flecther que a pesar de la muerte de su padre, no deja de unir al grupo y estar presente en todos los actos promocionales de la gira.
Resumiendo, algo me ha faltado este año, me ha dado sensación de deja-vu en muchos momentos del concierto, me faltó la fuerza del Touring the Angel, la maestría del Singles Tour y la escenografía del Devotional Tour, pero a sus 30 años de vida musical, sigo pensando, creyendo y afirmando que Depeche Mode es mucho más que un grupo que vive de rentas del pasado. En cada disco inventan, arriesgan, no se esconden, disfrutan, huyen del star system y del botox de las modas pasajeras. Descansad al acabar esta gira, pero regresad y volvednos a sorprender. Os necesitamos.