Cada vez me cuesta más relajarme, evadirme por unos momentos de esta realidad a veces asfixiante. Por eso, quien me conoce sabe que de vez en cuando (menos de lo que uno quisiera), suelo perderme por lares donde consigo escuchar el silencio y contacto con especies que estuvieron hace millones de años con nosotros. Y así, en su pétrea representación, consigo establecer un vínculo único, especial, mágico.
Y es que cuando estas pequeñas maravillas vienen a mi, para formar parte de mi pequeño tesoro (cada día mayor), ya dejan de pertenecer al recuerdo de la época cretácica y pasan a formar parte de mi realidad más actual.
2 comentarios:
Hola...
Pues haz una escapadita por el Moncayo... Los veranos de mi infancia, en los cuales campaba por esos lares, fueron prolíficos a la hora de encontrar fósiles... Una barbaridad.
Un saludo.
Eiiii, hola de nuevo. Pues si que tienes razon, la zona de Moncayo y otras de Aragón (Teruel) son muy buenas para encontrar piezas curiosas..
No he estado nunca en esta zona, pero se que es muy recomendable. Ya os acercaré más curiosidades de este mundo que me apasiona desde hace ya muuuchos años.
Un saludo!!!
Publicar un comentario