martes, 22 de febrero de 2011

"ENAMURADO" DE LA SINGULARIDAD


En una de aquellas salidas que sabiamente me suele recomendar Joan Molar desde su blog y con el que tuve la reciente suerte de contactar en este espacio, tuve la oportunidad de conocer un pueblo realmente encantador. Se trata de Mura, un municipio de la comarca del Bages. ¿Que tiene de encantador este rinconcito de nuestro país? La belleza que emana en cada una de sus casas, de su quietud, de sus silencios fragmenatdos tan solo cuando se paresuran nuestros pasos por sus callejuelas.


Este pueblo pintoresco conserva todo su encanto medieval con sus calles y plazas alrededor de la iglesia románica de Sant Martí. Situado en en pleno Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, se encuentra perfectamente rodeado de torrentes, cuevas, fuentes y demás excelencias de la naturaleza que se pueden ir descobriendo a medida que avanzamos por sus senderos. A pesar de que el turismo suele visitarla por el mero hecho de estar enclavada en el Parque Natural, todavía hay momentos en que Mura parece anclada en el siglo XVIII y uno puede tener la suerte de deambular por su historia como un voyeur que busca el extasis mediante la única observación de las pequeñas cosas, aquellas que suelen pasarnos desapercibidas a menudo, y que sin duda, acostumbran a ser las más importantes. Impregnaros de esta sensación, pues quedan pocos espacios que consigan este efecto de forma perdurable.


Además hay una minigranja en la que se pueden encontrar pavos reales, gallinas y gallos, patos, conejos, ocas y otros animales de granja viviendo al aire libre y con plena libertad de movimiento. Una oportunidad exclusiva de disfrutar con los más pequeños en plena naturaleza. El recinto está vallado con una reja metálica os permitirá observar a los animales desde el exterior.

3 comentarios:

Joan Molar dijo...

No me extraña lo más mínimo que estés "enamurado" de Mura. El pueblecito es una preciosidad. Un lujo en este mundo de locos que vivimos. Y solo a un paso de Terrassa, del área metropolitana... Una delicatessen para paladares sensibles y delicados, para espíritus selectos como el del autor de Escudella Urbana, un blog apetitoso que gusto de leer cuando tengo ocasión.

Unknown dijo...

Hola...

Mira, recuerdo que cuando era pequeño, hará 1000 años o así, mi padre, cuando oía mencionar a Mura o alguno de sus pueblos vecinos, siempre decía lo siguiente: "Mura, Talamanca i Rocafort, tres pobles de mala mort"...

¡¡¡Pues me cago en la mar, joder!!!... Ya me gustaría tener un rinconcito de mala muerte en semejantes lugares de mala muerte para desaparecer de los sitios de "buena muerte"...

Un saludo.

Mephisto dijo...

Muchas gracias Joan por tus alagos inmerecidos. Este blog no tiene la misma continuidad que la árdua tarea que predicas en el tuyo.¿Te has planteado editar un libro con estos rincones? Creo particularmente que sería una muy buena iniciativa. Encantado pues que de vez en cuando navegues por estos lares.

Un abrazo.


En cuanto a ti, Albert, tienes toda la razón. Estos pueblos esconden una magia que casi imperceptible oxigena cada una de tus celulas cuando los visitas y te impregnas de ellos. Tal vez no para vivir, tal vez no ahora, tal vez, quien sabe, si el día de mañana. Lo que no cabe ninguna duda es que para recargar el alma hay pocos lugares como éstos.

Un saludazo a los dos.