Porque la noche oscura me atrapó, aun no siendo negra,
Porque la sombra de la noche me ató firme con su anhelante cuerda,
Porque algo tejió la noche de alquitrán proponiéndome un destello,
Y a quien me afirme que la noche sólo es azabache, yo ya lo
niego.
Y es que la noche prendió fuego a los pensamientos voraces,
Y es que la noche copuló con los sueños más hambrientos,
Y aunque la noche se mantenga ajena al milagro de los amaneceres,
Y aunque la noche cauta guarde sus secretos íntimos en sábanas de seda,
Y aunque la noche dome calma las luces que ya nos sedujeron,
Sí; la noche se confabula conforme a nuestra sutil ceguera.
Sí; la noche nos excusa, nos libera, nos exime, nos macera.
Sí; la noche terca, obstinada, plena…algún día…será nuestra.
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